Emilio estaba demasiado distraído. David, Marina y Álex no lo encontraban, se estaban preocupando un poco. Mientras Emilio sentía curiosidad por atrapar a ese extraño perro salchicha con forma de bolígrafo. Llegó a un extraño castillo con unas torres de barra de pegamento. El travieso perro entró allí, y como Emilio quería quedarse con él, muy atrevido entro en el castillo. Sí, era muy atrevido pero se perdió en menos que canta un gallo:
-¿Hola? ¿Hay alguien aquí? -gritó muy preocupado Emilio.
De pronto se oyeron pasos muy fuertes y se asusto más. Intentó calmarse:
-Vale, vale... Relajación. ¡Pero que peste! ¿Que es ese olor? Ah, sí, es el olor del pegamento. Que asco, no quiero recordar las clases ahora. -dijo.
David, Marina y Álex se pusieron a buscar a Emilio, pero ese mundo era muy grande.
-Eh, Álex, tu vives aquí y conoces esto. ¿Puedes decirnos donde lleva este camino? -dijo David señañando un camino con extrañas huellas que parecían de Emilio.
-Ah, claro, llevan al castillo de El Monstruo Lame-Lame. -dijo Álex.
-¡¿El Monstruo qué?! -dijeron Marina y David.
-Todos preguntan lo mismo. Es un monstruo que te debora con su lengua, te da un lenguetazo y tambien... -dijo Álex.
-También... -interrumpió Marina.
-Absorbe los poderes a los superhéroes. -continuó Álex.
-¡¿Quéeeeeeeeee?! -gritaron muy asustados Marina y David.
-¡Rápido, debemos llegar a tiempo si no queremos perder a Emilio! -gritó Álex.
Los tres corrieron como locos para llegar a tiempo. Emilio vio unos tentáculos asquerosos y pegajosos. Aquellos tentáculos de casi 6 metros atraparon a Emilio. Marina, David y Álex llegaron demasiado tarde. Vieron como a Emilio se le quitaban los poderes. Los hechizos que sabía hacer, la manta de fantasma, su vuelo, ¡todo perdido!
-¡¡Noooo!! -gritaron los tres.
-Ya no sirvo para este equipo. Me voy a casa. No lo impidáis. -dijo Emilio.
-Pero, espera... -dijo Marina.
-¿Qué acabo de decir? No lo impidáis. -dijo Emilio.
-Se te olvidan las llaves de casa... toma... -dijo Marina.
-Ups, bueno, hasta siempre. -dijo muy apenado Emilio.
Casi lloramos todos.
Llegó el fin de The Three Cybers, aunque no por completo. Tranquilos, esto no acaba aquí...
