-A ver tío, ¿tu de que hablas? -dijo Emilio.
-E-ese pi-pincel era... -decía aquel chico.
-Un momento. Preséntate y... para de tartamudear. -dijo David.
-Soy Álex, tengo 12 años y ¡estoy alucinando! -dijo.
-¿Pero a ti que te pasa? -dijo Marina.
-Que has traído el Pincel Legendario. Se cuenta que hace más de un siglo era pertenencia de un dios pintor, llamado Liéncum, que murió y se perdió este pincel, entonces se conocía como el Pincel Legendario. -nos contó Álex.
-¿Y entonces que hace en las manos de Marina? -preguntó Emilio.
-Buena pregunta. ¿Donde lo estaba? -dijo Álex.
-En mi casa, en la cocina. -dijo David.
-Pues entonces, ¡en tu casa estuvo ese día el fantasma de Liéncum! -gritó Álex.
-¿Fantasmas? ¿En mi casa? ¡Nooo! ¡¿Que hago?! ¡¿Que hago?! -gritó David.
-Calma, calma. El fantasma de ese tío no te hará nada. -dijo Emilio.
Estuvieron charlando un rato. Emilio vio un perro salchicha en forma bolígrafo. Sintió tanto interés que se fue detrás. David y Marina le gritaron: "¡Vuelve, que te pierdes!" y Emilio les contestaba "¿Y a mi que? Si hago magia, tonto". Mientras Álex se decía a sí mismo: "Este tío esta loco"
Continuará...
